domingo, 1 de mayo de 2011

Lautrec

Vida:

Henri Marie Raymond de Toulouse-Lautrec-Montfa, conocido simplemente como Toulouse Lautrec o Lautrec fue un pintor y cartelista francés que destacó por su representación de la vida nocturna parisiense de finales del siglo XIX. Se le enmarca en la generación del post-impresionismo.



Su infancia fue feliz hasta que, como consecuencia de la consanguinidad de sus padres, Toulouse-Lautrec padeció una enfermedad que afectaba al desarrollo de los huesos y que comenzó a manifestarse en él en 1874. Su constitución ósea era débil y entre mayo de 1878 y agosto de 1879 sufrió dos fracturas en los fémures de ambas piernas, que le impidieron crecer más, alcanzando una altura de 1,52 m.


Temas principales:

La prostitucion: La fascinación que sentía por los locales de diversión nocturnos le llevó a frecuentarlos con asiduidad y hacerse cliente habitual de algunos de ellos como el Salon de la Rue des Moulins, el Moulin de la Galette, el Moulin RougeLe Chat Noir o el Folies Bergère.
Los dueños de los cabarets le pedían que dibujara carteles para promocionar sus espectáculos.

Obra:

La toilette
Es un cuadro tomado del natural, en uno de aquellos prostíbulos que el artista visitaba y en los que pasaba muchas horas del día.
La modelo, los pobres objetos de la ambientación recuerdan a Degas. La intimidad femenina le atrae del mismo modo que a Degas, como puede verse en esta obra.
En algunos puntos aflora el color del cartón que sirve de fondo. Los colores son fríos y luminosos. La pincelada es vigorosa. Produce la sensación de cuadro inacabado, de boceto.

Salón de la Rue des Moulins
Toulouse-Lautrec frecuentaba los prostíbulos, como este situado en la calle des Moulins de París. A veces llegaba a pasar semanas enteras en uno de ellos, pintando la vida cotidiana de las prostitutas. Toulouse-Lautrec realizó varios bocetos antes de ejecutar la pintura definitiva. En este óleo representa el desgastado interior de un burdel. Se ve a varias prostitutas esperando a los clientes en los divanes de terciopelo rojo. La figura con el moño en alto y vestido rosa de cuello alto, que contrasta con el ligero ropaje de las demás mujeres, es la «gobernanta» o la «madame», quien dirige a las prostitutas una mirada evaluadora, pero casi compasiva; se encuentra en una posición tensa y parece preocupada.
Junto a ella se encuentra Mireille, la preferida del pintor, con un vestido azul y zapatos de tacón, sentada. Toulouse-Lautrec representa con más simpatía a las prostitutas que a los clientes y proxenetas.
El cuadro está dominado por el color. La composición está descentrada, dejando amplios espacios vacíos. Esto, unido a una abertura al fondo por la que entra la luz, consigue darle sensación de profundidad al cuadro. La luz entra sobre los escotes de las prostitutas, mientras que las caras quedan en sombra.

Jane Avril
Jane Avril era una de las bailarinas más populares de París, entablando una estrecha amistad con Toulouse-Lautrec. Jane protagonizará varias escenas como Jane Avril bailando o Jane Avril saliendo del Moulin Rouge. Este local era su lugar habitual de actuación pero en julio de 1893 debutó en el café concierto "Jardin de Paris", encargando para la ocasión este cartel a Lautrec. Se hizo una tirada de 3.000 ejemplares que decoraron las calles parisinas, siendo la obra muy alabada por la crítica. En primer plano hallamos el cuello de un violonchelo y la mano del músico, sirviendo una orla en la que se aprecian ciertos aires modernistas para enmarcar la figura de Jane Avril. Henri ha conseguido otorgar profundidad al cartel de manera muy sutil al manifestar las tablas y la tramoya del escenario, colocando las letras en la parte superior para que la bailarina llame más nuestra atención que la literatura del cartel. La influencia de la estampa japonesa la encontramos en la plenitud de los colores empleados, predominando la línea como en toda la producción del maestro.
De nuevo destaca el interés otorgado por el pintor a la línea frente al color, empleando gamas frías.



Jane Avril, una de las bailarinas del Moulin Rouge, era una persona solitaria y autosuficiente. Esta característica de su personalidad la podemos observar perfectamente en esta obra de Toulouse-Lautrec. El fondo más claro obtenido con puntos y rayas amarillas intentan sugerir la luz de múltiples lámparas de gas. Las figuras que aparecen tras ella están de espaldas, como indicativo de la escasa relación de la bailarina con su público, no como las demás divas del Moulin - La Goulue o Yvette Guilbert - quienes no eran nadie sin público.

La Goulue
Es el primer cartel realizado por Toulouse-Lautrec y no podía ir destinado a otro lugar que al Moulin Rouge. Para promocionar el espectáculo empleó a sus dos bailarines principales: Louise Weber, conocida como La Goulue por su glotonería, y Jacques Renaudin, comerciante de vinos durante el día y bailarín nocturno apodado Valentin le Désossé, el deshuesado, por su agilidad.

En el Moulin-Rouge, el baile.
El recién inaugurado Moulin Rouge es visto por Lautrec como si se tratara de una caricatura, captado en un momento de frecuentación por parte de la sociedad parisina. Diversos personajes interactúan entre ellos, se apoyan en la barra del bar, discuten y observan a las bailarinas. Allí se entrevé a un hombre con la cara de calavera y a la bailarina Jane Avril. En ese segundo plano están retratados amigos del pintor, los también pintores M. Guibert, F. Gauzi y Marcellin Desboutin y el fotógrafo P. Sescau.
En frente de ellos, a la izquierda del cuadro, Valentin-le-Désossé, famoso vividor de la época, dirige a otra bailarina, anónima. Es pelirroja y fuerte, lo que hace pensar en La Goulue en una actuación en público. El movimiento de estos bailarines contrasta con la quietud del público.
En el primer plano, una elegante dama con vestido rosa y sombrero.

Le Moulin de la Galette
Toulouse-Lautrec se inspiró para la ejecución de este lienzo en el que había realizado Renoir unos trece años antes sobre el mismo lugar. Pero la diferencia entre ambos trabajos la encontramos en que Renoir nos presenta el respetable ambiente dominical del local mientras que Henri nos ofrece una imagen más ruda y real, apareciendo el local como un lugar para el flirteo fácil e incluso la prostitución encubierta. En realidad era un barracón construido junto a dos molinos de viento inutilizados. Aquí contemplamos en primer plano a tres jóvenes mientras que en el fondo podemos comprobar el ambiente danzarín, envuelto en una especie de bruma motivada por el calor y el humo. El hombre de perfil de primer plano es Joseph Albert, pintor de paisajes y amigo de Lautrec, gracias a quien Henri conoció a Degas. La influencia de la fotografía es destacable en esta escena al cortar los planos pictóricos, enfocar el primer plano y desenfocar el fondo. El colorido oscuro a base de verdes, grises y azules refuerza el ambiente chabacano del local. Lautrec influirá en las etapas azul y rosa de Picasso como se puede apreciar en el rostro de la muchacha de la izquierda.

En el café La Mie
Desconocemos cuál es el oculto significado de este irónico cuadro pintado por Toulouse-Lautrec en 1891, eligiendo como modelos a su buen amigo Maurice Guibert y a una mujer de Montmartre, posiblemente su amante Mariette Berthau. La imagen está inspirada en una fotografía tomada por Paul Sescau, existiendo una significativa similitud entre ambas obras. Guibert era uno de los compañeros de juerga de Lautrec. Las dos figuras se presentan ante una mesa, después del almuerzo, sin ningún contacto entre ambas, dirigiendo Guibert su divertida mirada al espectador. Sobre la mesa quedan dos vasos de vino, la botella y un plato vacío con un cuchillo encima. Al fondo observamos la pared del local, trabajada con una pincelada rápida y diminuta, recordando al puntillismo e incluso a las primeras obras realizadas en París por Van Gogh. El color domina la composición, enlazando con el Impresionismo al proyectar sombras coloreadas en la camisa de la mujer. No debemos dejar de lado la importancia de las líneas que organizan el espacio, así como resaltar la capacidad de Lautrec para captar los caracteres de sus personajes: la melancolía de la mujer y el abandono del hombre.

Carmen Gaudin
Entre las primeras modelos utilizadas por Toulouse-Lautrec encontramos a Carmen Gaudin, una joven trabajadora que posará esporádicamente para ganarse un dinero extra, sugiriéndose incluso que también ejercía la prostitución cuando sus ingresos
menguaban.

Para esta magnífica estampa posó Carmen Gaudin, la modelo favorita de Toulouse Lautrec en estos años, identificable por su cabello rojo y el mechón que cae sobre su rostro. Con ella quiere representar a las clases trabajadoras especialmente a través de sus manos toscas y su aspecto cansado. La muchacha se apoya sobre una mesa con un cierto gesto de aburrimiento, dejando que la luz que penetra por la ventana resbale por su cuerpo.
El dibujo es firme y seguro, resaltando el volumen y la fuerza del cuerpo y de la postura de Carmen, aplicando el color con una pincelada corta y ligeramente empastada, tomando la composición un cierto aspecto de mosaico. La iluminación es un elemento importante del conjunto

'La lavandera' de Toulouse-Lautrec es una de las primeras obras maestras del artista, entonces de 23 años. El cuadro muestra a la pelirroja Carmen Gaudin con largos vestidos, inclinada sobre una mesa y mirando por la ventana. Cuadro mas caro de Toulouse-Lautrec subastado por 22,4 millones de dólares (unos 18,6 millones de euros).

La gorda María
En este lienzo que observamos que emplearía como modelo a una prostituta que también posaba para los jóvenes artistas. La forma de presentar a la mujer es novedosa, mirando al frente, con las piernas hacia el espectador y ofreciendo sus servicios, de manera que su vello púbico se encuentra en el punto de atención preferente. María nos mira con desparpajo y casi con ironía, mostrando el artista su capacidad para captar expresiones. El colorido claro del cuerpo de la mujer, con la luz resbalando sobre él, contrasta con el fondo oscuro en el que destacan dos máscaras, una a cada lado de la figura, cuyo significado desconocemos, planteando algunos especialistas que se trataría de Cupido quien, con sus flechas, "cazaría" a algún cliente para la prostituta.

El joven Routy
El verano de 1882 lo pasó la familia Toulouse-Lautrec en Céleyran, pueblecito de donde era originaria la madre del pintor. El joven Henri se dedicaría a elaborar imágenes en las que retrata a las personas de su entorno. En este caso se trata de un joven trabajador de la finca familiar llamado Routy. 

Condesa Adèle de Toulouse-Lautrec
Una de las modelos más representadas en los momentos de formación de Toulouse-Lautrec será su madre, una mujer cariñosa, cultivada y siempre pendiente de su hijo. La admiración que siente Henri hacia la condesa se pone de manifiesto en los retratos, destacando siempre su carácter inteligente y frío, siendo el perfil la postura más querida para representarla. La zona de primer plano ha sido pintada empleando tonalidades grises mezcladas con verdes, marrones y negros, creando un atractivo contraste con el fondo donde ha utilizado colores algo más claros.